20141029

23 Webs para descargar libros gratis y sin conflictos sobre los derechos de autor

yo los sacaba del Gutemberg (en inglés, que había mucha más variedad)


23 Webs para descargar libros gratis y sin conflictos sobre los derechos de autor

Aunque compañías como Amazon y Apple tengan sus propias plataformas de venta de libros, no paramos de ver cómo otras compañías también intentan coger un trozo del pastel en este mercado. El último ejemplo fue Skoobe, apenas hace tres días. Pero como siempre, el enfoque es la venta de libros. ¿Seguimos teniendo oportunidad de conseguir libros electrónicos gratuitos?
La respuesta es sí, y no estoy hablando de la piratería. Hablo de eBooks regalados, con el beneplácito del autor y de la editorial, y la mayoría de ellos en español. Tenemos varios portales web que nos lo demuestran: echad un vistazo y seguro que alguno os hará actualizar vuestra lista de favoritos.
  • Lektu es una tienda que ya hemos mencionado en Genbeta: sí, vende libros que no son gratuitos, pero hay acuerdos entre la misma editorial y los autores para ofrecer obras sin DRM gratuitamente o como mucho a cambio de compatir su presencia en las redes sociales.
  • La Casa del Libro, una cadena de tiendas físicas española, tiene su propia tienda online en la que podemos encontrar libros gratuitos.
  • 24symbols también es una tienda general, pero con una sección de libros gratuitos con el acuerdo de sus autores.
  • El apartado en español de Hundredzeros nos reparte en un mosaico todos los ebooks gratuitos que ofrece Amazon, sin que tengamos que buscarlos en la web oficial de la tienda.
  • Literanda es una tienda que ofrece, si los autores lo permiten, algunos de sus libros gratuitos.
  • eBiblio es un proyecto del gobierno español en La Rioja: con él podremos utilizar nuestro carnet de alguna biblioteca pública para consultar y descargar 1.500 libros gratuitos.
  • Freebooksifter también nos permite lo mismo que Hundredzeros, pero con un diseño más tosco. Eso sí: también podemos buscar libros gratuitos en otros idiomas.
  • Ganso y Pulpo es un portal donde podemos encontrar relatos gratuitos, publicados en revistas antiguas. Una forma muy buena de resucitarlos.
  • La sección española de Project Gutemberg nos listará libros son restricciones y gratuitos, autorizados por los mismos autores. Se centran principalmente en obras de hace varios siglos.
  • Librear no sólo nos ofrece libros gratuitos, sino que también propone autopublicar los que escribamos nosotros. Además, siempre podemos subir obras con licencias Creative Commons y similares.
  • BiblioEteca funciona del mismo modo que una biblioteca tradicional: nos hacemos socios y entramos en una especie de club en el que leer libros gratis y comentarlos con otras personas. Tienen además una editorial propia llamada MiEdición.
  • Manybooks se centra en ofrecer libros en varios idiomas, y su apartado de obras en español tiene 250 obras que nos pueden interesar.
  • La Biblioteca Digital Hispánica también nos ofrece sus trabajos digitalizados de forma gratuita en la web.
  • PlanetaLibro tiene en sus servidores más de 9.000 libros gratuitos, de dominio público.
  • En Libroteca nos encontraremos con decenas de miles de obras gratuitas en español (aunque algo hay en otros idiomas). Es un proyecto que se sostiene gracias a donaciones.
  • La tienda española Bubok tiene libros gratuitos, siempre autorizados por los mismos autores. Y también nos ofrece publicar nuestras obras propias de la misma forma.
  • Librería LdN tiene libros y relatos gratuitos y en español, aunque otros también se venden a un precio que normalmente es muy bajo.
  • Free-eBooks tiene libros gratuitos, aunque con cierto límite. Tenemos que hacernos socios y tendremos derecho a descargarnos sólo cinco obras cada mes. Pero oye, algo es algo.
  • Fendbooks ofrece obras gratuitas en español y además libros de dominio público. Encontraremos muchos clásicos inmortales disponibles aquí.
  • OpenLibra es perfecta para los estudiantes de ciencia o alguna técnica: ofrece un catálogo completamente libre de obras de referencia en español.
  • La Wikipedia también es una fuente de obras libres en español y otros idiomas: Wikisource nos da acceso a un catálogo de textos sin etiqueta de precio.
  • Tampoco hay que menospreciar a esas grandes plataformas que decíamos: iBooks tiene una sección propia de libros gratuitos.
  • Y ya que hablamos de Apple... Google Play también tiene su ración de obras gratuitas en español.

20141019

Diez libros que muy pocos han logrado terminar


cada uno tendrá su lista..




Diez libros que muy pocos han logrado terminar

El autor Nick Hornby anima a quemar los libros excesivamente complicados o que se leen por puro postureo. Podría referirse a estos

1.- El arco iris de la gravedad, de Thomas Pynchon

Esta y otras novelas del autor más misterioso de la literatura estadounidense ha alcanzado el estatus de literatura ilegible.

En el capítulo Girl in the Big Ten de la temporada 13 de Los Simpsons, la pequeña Lisa se quiere hacer pasar por una estudiante de instituto. En una escena fisga en la taquilla de una estudiante y descubre este novelón. La conversación que mantienen las dos se desarrolla así: “¿Estás leyéndote El arco iris de la gravedad?”, le pregunta la pequeña Simpson. “Bueno, lo estoy releyendo”, contesta la estudiante.

Esta broma, y el hecho de que aparezca en esta serie, resumen hasta qué punto esta y otras novelas del autor más misterioso de la literatura estadounidense ha alcanzado el estatus de literatura ilegible. No para todos, claro. Es famoso el profesor George Lavine, que anuló sus clases para encerrarse durante tres largos meses de 1973 con el único objetivo de engullirla. Cuando salió de su reclusión afirmó que Pynchon era lo mejor que le había pasado a las letras estadounidenses del siglo XX.

2.- Crimen y castigo, de Fiodor Dostoyevski

De poco sirve que se pueda leer como un thriller psicológico y torturado que no se resuelve hasta el último párrafo. Quizás por su título, que algunos consideran aplicable a lo que representa su escritura y su lectura, pocos no se atreven ni a tocar con un palo los delirios de Raskolnikov, o los dejan a la sexta muestra de tormento.

3.- Guerra y paz, de León Tolstoi

Carga con el estigma recurrente de que leer a los rusos es complicado y más fatigoso que escalar algún pico de los Urales.

Otro ejemplo de la literatura rusa, que se suele colocar en este tipo de listas con bromas como: “Lamentablemente, no llegué ni al primer disparo de la guerra”. Aunque muchos lo consideran una lectura trepidante ambientada en la invasión napoleónica de la Madre Rusia, preferirían ver la versión cinematográfica.

Su autor lo escribió convalenciente, después de romperse un brazo tras caerse de un caballo. Algunos lectores declaran en este tipo de debates haberse sentido así durante su lectura.

4.- Orgullo y prejuicio, de Jane Austen

Otra novela que esconde claves en su título. Algunos lectores la acaban por lo primero, por orgullo, y otros ni se acercan por lo segundo, por puro prejuicio. Es una cumbre de los bisbiseos y los tejemanejes románticos, incluso cómicos, pero el lector contemporáneo a menudo se harta de las tensiones sexuales que sí celebra en las telecomedias. Este lector poco paciente no es el único. El genio Mark Twain llegó a declarar: “Cada vez que leo Orgullo y prejuicio me entran ganas de desenterrarla y golpearle en el cráneo con su propia tibia”.

5.- Vida y opiniones del caballero Tristam Shandy, de Laurence Sterne

Se publicó por volúmenes durante ocho años. El autor falleció antes de que se publicara como novela; de hecho, muchos especialistas consideran la obra inacabada después de tantísimas páginas. El libro pretende ser la autobiografía del narrador, que se pierde en digresiones y bucles infinitos y tronchantes pero no aptos para todos los paladares.

Es una pieza fundamental en la narrativa moderna y cómica, pero el hecho de que el protagonista no nazca hasta el libro tercero no ayuda a que muchos aguanten con el volumen en las manos. Quizás prefieran la adaptación de Michael Winterbottom, aunque de adaptación fiel tenga, como no podía ser de otro modo, poco.

6.- La divina comedia, de Dante

El poema escrito por Dante Alighieri en el siglo XIV pertenece al grupo de los que quizás engañen por el título al incauto. Crucial en la superación del pensamiento medieval y ácido como un limón en los ojos gracias a los comentarios sobre su época, ha sido hasta versionada en un monólogo por Richard Pryor. Sin embargo, muchos se quedan en la primera parte (titulada Infierno) o ni siquiera pasan por la segunda, el Purgatorio, y mucho menos abrazan la definitiva, bautizada como Paraíso.

7.- Moby Dick, de Herman Melville

El músico Moby admite que, aunque se puso ese seudónimo, jamás ha acabado la novela. El autor es su tiobisabuelo.

Si el protagonista de otro relato de este autor Bartleby el escribiente, ese abogado neoyorquino hastiado con, entre otras cosas, su trabajo, dice aquello de “Preferiría no hacerlo”, muchos lectores suscriben esa frase cuando se enfrentan a la novela definitiva de Melville.

No comparten la obsesión ciega del Capitán Ahab por dar caza a la ballena y se marean con la primera tormenta en alta mar. No están solos, a pesar de la legión de fans entregados que sí vibran con este libro, en una reciente reedición en castellano de esta obra, el prologuista incluye una suculenta anécdota. El músico Moby (sí, el que hace canciones que salen en ochenta anuncios) admite que, aunque se puso ese seudónimo, jamás ha acabado la novela porque le parece “demasiado larga”. Una pista: ese músico calvo se llama en realidad Richard Melville, su tío bisabuelo es el consagradísimo autor.

8.- Paradiso, de José Lezama Lima

Las más de 600 páginas de esta especie de novela de aprendizaje, exuberante en su prosa como un árbol cargadísimo de fruta, son un infierno para demasiados lectores.

Muchos acceden a la formación del poeta José Cemí aconsejados por Julio Cortázar, un autor fundamental para muchos adolescentes del que se intentan devorar todas sus pistas, pero el lenguaje personalísimo y el largo alcance barren a un altísimo tanto por ciento del público de una de las novelas en castellano del siglo XX.

Es más curioso si se sabe que el autor es cubano, un carácter poco dado a estos recluimientos. En la narrativa latinoamericana, y pese a su reciente culto global de su autor, también se suele bromear con 2.666, de Roberto Bolaño, que no alcanza ese número de páginas, pero se le acerca, tiene más de mil.

9.- Las aventuras del buen soldado Svejk, de Jaroslav Hasek / Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes

El mismo bufido de aburrimiento y desgana en las aulas checas y españolas. Y lo peor es que ambos emitidos por la obligación de leer dos de las novelas más divertidas y delirantes de la historia. Dos historias picarescas con dos antihéroes absolutamente inolvidables que cargan con el problema de ser el clásico más aplaudido de ambos países. ¿Su problema? Obligar a alumnos imberbes con las feromonas disparadas a adentrarse en sus numerosísimas páginas, para convertirlos en “un libro de la Mancha -o de Praga- del que no quiero acordarme”. Leídos, sin embargo, más adelante son más adictivos que una bolsa de pipas con sal o que la serie con más televidentes.

10.- La broma infinita, de David Forster Wallace

Resulta curioso que una novela, entre otras cosas, sobre la adicción y el colapso de la cultura del ocio desanime a tantísimas personas. Su más de mil páginas, cientos de ellas son notas al pie, lo convierten en uno de los libros posmodernos clave en la historia de la literatura, pero también provocan que muchos crean que su malogrado autor, que se acabaría suicidando, había escrito, efectivamente, una especie de broma infinita sin gracia. Los lectores actuales trazan una línea en el suelo y separan dos bandos: la aman o la odian.

20141011

Grabando al león de la Metro-Goldwyn-Mayer (1924) - ALT1040

Grabando al león de la Metro-Goldwyn-Mayer (1924) - ALT1040



Uno de los iconos más conocidos del mundo de la animación y el cine es el mítico león de la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM). Es la mascota de este estudio de cine y su rugido es la apertura de sus películas y series desde hace 90 años. No siempre ha sido el mismo león, cinco distintos han sido la imagen de MGM. Pero dos son los más populares: Tanner, el primero, y Leo, el más reciente y actual. El primero de ellos, Tanner, fue grabado el mismo año de la creación de la MGM, 1924. Se habían fusionado el estudio de Samuel Goldwyn con la empresa de Louis B. Mayer y con Metro Pictures, de Marcus Loew. De ahí el triple nombre del estudio.

En esta imagen vemos la grabación del rugido de Tanner en 1924, utilizado en todas las películas de Techniclor y en las series de animación como Tom y Jerry. La cabeza del león fue acompañada por una película de celuloide en la que se puede leer el eslogan de la compañía: Ars Gratia Artis ("Arte por el arte").

20141003

Ranking de errores comunes en castellano

Ranking de errores comunes en castellano


Que el castellano es uno de los idiomas más complicados de dominar del mundo no es algo que nadie ponga en duda. Nuestro extenso vocabulario, del que ni siquiera la mayoría de los castellanoparlantes dominamos más de 1000 palabras, y nuestra gramática, con más excepciones, trampas y zonas oscuras que nuestro sistema judicial hacen que, para cualquier extranjero, la tarea de aprender y dominar el castellano tenga un nivel de dificultad similar al de averiguar qué puerta era la verdadera en aquella prueba de ‘Humor Amarillo’ en el que todo el mundo acababa con un traumatismo craneoencefálico.

Sin embargo, no es solo al foráneo con inquietudes al que se le resiste el idioma de Cervantes. Los propios nativos seguimos teniendo más de un problema con nuestro idioma, y van mucho más allá de por qué “untar” no lleva hache cuando es obvio que, claramente, debería. Con toda seguridad, es la gramática la que más dificultades nos presenta –porque como hemos dicho, el vocabulario es tan amplio que, si te inventas un par de palabritas, nadie se va a dar cuenta- y por eso hemos decidido reunir de “mejor” a “peor” algunos de los errores que cometemos con mayor frecuencia en este campo. Tomad nota y empezad a corregir en Twitter, que es lo más bonito de aprender.

11. Iros
¿Es un error a medias? No, gramaticalmente es un error de garrafón porque la segunda persona del plural del imperativo de “irse” es “idos”. Pero seamos sinceros, la forma incorrecta se ha extendido tanto que la correcta queda rara y un poquito de pedante niñopatada. ¿Si todos tus amigos se tiran de un puente tú te tiras? Pues no, pero lo cierto es que si os tiráis cincuenta personas se nota un poco menos que tú estás loco. Pues aquí igual.

10. Pedir ayuda para
En 2002, durante el transcurso de ‘Operación Triunfo’, Carlos Lozano, el presentador, decía lo siguiente: “Podemos ayudar a esa gente que necesita ayuda para la droga, ¿no?”. No es mi intención cuestionar la moralidad o no de la petición de Carlos, pero es más fácil pensar que, en lugar de una especie de crowdfunding del vicio, lo que él quería era ayuda contra la droga. Lo mismo pasa con esas “asociaciones para el cáncer” con intenciones mucho menos siniestras de lo que cualquiera podría imaginar.

9. …
Chicos, tenemos que hablar. No sois adolescentes de 15 años escribiendo en vuestro diario. Por lo menos, no siempre. Los puntos suspensivos no sirven para dar un aire misterioso a todo lo que queráis transmitir. A veces hay que concretar aunque os fastidie. ¿Cómo os sentaría que vuestra novia os dejara notas del tipo “He salido a comprar el pan…”? ¿A que acojona? ¿Qué ha ido a hacer? ¡Si además ella no come pan! En fin, que estos tres puntos (porque son tres; ni dos, ni cuatro, ni doce) no sustituyen al punto final. Basta ya…

8. Enero, Martes, Primavera
Una cosa que le gusta mucho a la gente en redes sociales es dar la bienvenida a los meses o a las estaciones como si fueran una suerte de Mr. Marshall. Cada uno tiene sus cositas… como el castellano, en el que se escriben los nombres de días, meses y estaciones con minúscula, a excepción de los casos en los que la puntuación lo exija (comienzo de un texto, tras puntos suspensivos, etc.), así que ese “¡Hola, Privamera!” no es más que un saludo al hada hermana de Fauna y Flora.

7. Súper
Supermán, que era fortísimo y podía tirar muros y volver atrás en el tiempo dándole vueltas a la Tierra, no lo separaba, pero la gente, por alguna razón, siente la necesidad irremisible de escribirlo separado. Si eres superdetallista, te acordarás de que, cada vez que pongas “súper majo” te estarás refiriendo a un Carrefour que se porta muy bien con la gente y siempre saluda. Y ya sabes que los que siempre saludan después son supermalos.

6. Prótasis del condicional simple o pospretérito
Cierto que con este nombre parece más una inflamación de vesícula que un error gramatical, por eso es normal creer que si le habrían puesto otro nombre, habría más gente al tanto de este error. ¿Habéis visto lo que he hecho ahí? Pues justo eso es de lo que estamos hablando. Si os hubierais fijado, sabríais de lo que estoy hablando.

5. Coma del vocativo
Suponiendo que no sepas lo que es y que seas una persona normal y trabajadora que manda al día, mínimo, unos tres mails, resulta que estás cometiendo este error un mínimo de tres veces al día. Cuando nos dirigimos al interlocutor, hay que separar su nombre por una (o dos) comas, queridos lectores. Así ese “Hola María” debería ser “Hola, María” al igual que decimos “por favor, señora Aguirre, bájese del coche”.

4. Habían un millón de personas
Seguramente, si había un millón de personas era según fuentes oficiales. Ya sabemos que según la policía habría tres y una escoba. Pero sea como sea, cuando el verbo “haber” funciona como impersonal, siempre lo hace en tercera persona del singular. Y la “n” sobra.

3. Tú contestastes que no
Esto lo decía Mecano en la ‘La fuerza del destino’, y no seré yo quien lleve la contraria a Mecano en nada, ni siquiera en lo de la marcha en Nueva York y los jamones de York. Pero la RAE sí que tiene que decirles que la segunda persona del singular del pretérito perfecto simple de indicativo no acaba en “s”. Al igual que le pasa a la de imperativo. Aunque todo esto carece de sentido si la que habla es María José Cantudo.

2. ¡Correr, insensatos!
Si Gandalf el Blanco hubiera exclamado eso, probablemente seguiría siendo Gandalf el Gris o incluso lo habrían rebajado a Gandalf el Gris muy oscuro, que es un nombre mucho menos sonoro. Los imperativos no se forman con el verbo en infinitivo, por mucho que esa “d” final le dé alergia a muchos.

1. A ver / Haber
No hay duda de que es el rey de los errores en castellano. Uno de esos que hacen que te sangren los ojos y des pasos hacia atrás alejándote de su autor sin importar qué hay a tus espaldas. De los que, si lo escribe tu novia, provocan no sólo una ruptura, sino un cambio de país y probablemente de identidad. Y a ver, no va a haber nadie que te lo pueda recriminar.